miércoles, 12 de mayo de 2010

F de Fulham ... y de Forlán

La victoria tiene un centenar de padres, pero la derrota es huérfana
- John Fitzgeral Kennedy -

Hoy seré breve. Breve como lo ha sido la alegría de muchos londinenses cuando han visto cómo su equipo, el Fulham, perdía ante el Atlético de Madrid.
Era un partido un poco raro: un equipo español que hacía casi medio siglo que no ganaba un título europeo y, por otra parte, un equipo inglés calificado como segundón por estas tierras, cuyo 'dueño' es el 'ex-dueño' de Harrods y que muy pocas veces había jugado una final.

Más que decidirse el título en sí, este partido de hoy simbolizaba la catapulta para cualquiera de los dos equipos. Aquel que perdiese seguiría siendo ese equipo que no ganó la final de la Europa League. Y, para disgusto de los seguidores del Fulham, así ha sido.
Si este equipo ya se caracterizaba por pasar prácticamente desapercibido, ya no sólo en esta ciudad si no en todo el Reino Unido, ahora no quiero ni pensar qué va a ser de él. No se hablará de él como el equipo finalista si no que será, y lo seguirá siendo hasta que vuelva a tener otra oportunidad como ésta, el equipo perdedor.

Hoy, al salir del trabajo fui, junto a mi compañeros del museo, en busca de una galería de arte en Candem. Después de mucho caminar (-mucho, muchísimo-) llegamos a nuestro destino.

Viaje en bus para llegar a la galería: horas.
Visita a la galería: minutos (escasos).
Al salir de allí tocaba fútbol. Y a un típico pub inglés que nos fuimos.
Moqueta. Mesas de billar. Ingleses en las moquetas y en las mesas de billar. Televisiones y si, fútbol.

Con nuestra pinta y nuestro platito de patatas en la mano comenzamos a disfrutar de los primeros minutos de la final. Aquí habría que destacar el gesto de enfado y la mirada aniquiladora que nos dedicó el cocinero del bar que, obligado por nosotros, deseosos de patatas fritas, tuvo que olvidarse del partido durante unos minutos para desaparecer tras la puerta de la grasienta cocina inglesa.

Pintas. Patatas. Salsas para mojar patatas. Fútbol.
Todo transcurría normal hasta que el equipo español marcó su primer gol, el primer gol del partido. Yo no sabía si alegrarme, si callarme, si decir algo o no. Observé durante varios segundos el panorama y el silencio inundaba la estancia. Decidí alegrarme por dentro y lo único que hice fue toser un par de veces. Varios ingleses me miraron. No supe interpretar muy bien aquellas miradas pero, por si acaso, paré de toser. Acababa de llegar a ese bar y no me gustaba la idea de poder morir a manos de varios hooligans
.
A los pocos minutos fue su equipo el que marcó. De todo menos silencio. Entonces ni tosí ni levanté la cabeza. Me limité a beber, por lo que pudiese pasar.

Antes de que el partido acabase nos marchamos (de nuevo, por lo que pudiese pasar) y me volví a casa. Vivo en el distrito Hammersmith & Fulham Council. Quizá hoy no fuese el mejor lugar para vivir. Me armé de valor y, al salir del metro, atravesé la avenida principal sorteando a los ingleses que, desde la calle, seguían los últimos minutos del partido en las pantallas del interior de los bares mientras fumaban y bebían como ingleses, por supuesto.

Empate a uno.
Aún me daba tiempo para llegar a casa y sentirme a salvo antes de que el partido finalizase. Si su equipo perdía podría correr el peligro de ser utilizado como saco de boxeo en el que descargar su ira.
Cuando llegué a casa lo primero que hice fue conectarme, a través de Internet, a la radio española. El Atlético de Madrid había marcado el gol definitivo.
Final del partido. Victoria para el equipo español.
Me sentí aliviado al escuchar varios gritos desde mi ventana.
El Fulham había dejado escapar su oportunidad, la oportunidad para dejar de ser un equipo más de Londres y convertirse en 'el equipo' de Londres, aunque sólo fuese durante unas horas o unos días. No pudo ser.
De todas formas, disfrutar de una final así en Londres, viviendo en el mismo barrio del que es uno de los equipos, es siempre mucho más emocionante. Aunque, claro está, la emoción que sentimos unos no es, para nada, comparable a la que están sintiendo otros en este mismo momento, en esta misma ciudad y en este mismo barrio.

1 comentario:

  1. que bueno fran, tuvo que ser chulo estar hay viendo el partido, y encima jugando un equipo español, contra uno de hay, tenias que haber saltao de alegria y que se dieran cuenta todos ejjeje bueno un saludo xao

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