- ¿Y dónde queda ese colegio, de todos modos?
- No lo sé - dijo Harry; dándose cuenta de eso por primera vez. Sacó del bolsillo el billete que Hagrid le había dado-. Tengo que coger el tren que sale del andén nueve y tres cuartos a las once de la mañana - leyó.
Sus tíos lo miraron asombrados.
- ¿Andén qué?
- Nueve y tres cuartos.
- No digas estupideces - dijo tío Vernon-. No hay ningún andén nueve y tres cuartos.
- Eso dice mi billete.
- Equivocados - dijo tío Vernon-. Totalmente locos, todos ellos. Ya lo verás. Tú espera. Muy bien, te llevaremos a King Cross. De todos modos, tenemos que ir a Londres mañana. Si no, no me molestaría.
[...]
- Discúlpeme - dijo Harry a la mujer regordeta.
- Hola, querido - dijo -. Primer año en Hogwarts, ¿no?
- Sí - dijo Harry-. Lo que pasa es que... es que no se cómo...
- ¿Cómo entrar en el andén? - preguntó bondadosamente, y Harry asintió con la cabeza.
- No te preocupes -dijo-. Lo único que tienes que hacer es andar recto hacia la barrera que está entre los dos andenes. No te detengas y no tengas miedo de chocar, eso es muy importante. Lo mejor es ir deprisa, si estás nervioso.
- Hum... De acuerdo - dijo Harry.
Empujó su carrito y se dirigió hacia la barrera. Parecía muy sólida. Comenzó a andar. La gente que andaba a su alrededor iba al andén nueve o al diez. Fue más rápido. Iba a chocar contra la taquilla y tendría problemas. Se inclinó sobre el carrito y comenzó a correr (la barrera se acercaba cada vez más). Ya no podía detenerse (el carrito estaba fuera de control), ya estaba allí... Cerró los ojos, preparado para el choque... Pero no llegó. Siguió rodando. Abrió los ojos. Una locomotora de vapor, de color escarlata, esperaba en el andén lleno de gente. Un rótulo decía: "Expreso de Hogwarts, 11h". Harry miró hacia atrás y vio una arcada de hierro donde debía estar la taquilla, con las palabras "Andén Nueve y Tres Cuartos". Lo había logrado.
Hoy, día festivo en Londres, me apetecía jugar a ser Harry Potter. Puede sonar bastante infantil o absurdo. De hecho lo es. Pero es muy divertido. Después de unos días de lluvia casi contínua en los que no apetecía mucho salir a la calle, el agua ha cesado en su empeño de hacernos ver que estamos en Inglaterra. Ha salido el sol. No mucho pero se ha dejado ver. De todas formas hoy hacía aire, mucho aire y frío. Por ese motivo había que hacer algo 'indoors', de puertas para adentro. Hoy tocaba museo. Hoy tocaba visitar la National Portrait Gallery. La galería está en Trafalgar Square y posee la colección de retratos de personajes famosos de la historia más grande del mundo. Mi intención, al igual que la de mis compañeras de trabajo, era visitar la exposición temporal de retratos de Irving Penn. 10 libras. Fue en ese preciso momento cuando nos dimos cuenta de que debíamos jugar a ser Harry Potter y utilizar nuestros propios poderes.
- Trabajamos en el museo Victoria and Albert. Estas son nuestras acreditaciones. ¿Podría decirme si sería posible visitar la exposición de Irving Penn gratis, por favor?
Y entonces la magia surgió.
- Por supuesto. Fírmeme aquí, por favor.
Y así fue. Como si de Harry Potter atravesando el andén nueve y tres cuartos para llegar a su destino se tratase, nos sumergimos en el maravilloso mundo del arte utilizando un poco de magia. Harry podrá tener su varita pero nosotros tenemos nuestra tarjeta mágica. La que nos abre las puertas de par en par de otros mundos. En este caso, los mundos del arte. Muy buena la exposición, por otra parte. Seguiré haciendo uso de mis poderes el tiempo que haga falta. Es divertido.
- No lo sé - dijo Harry; dándose cuenta de eso por primera vez. Sacó del bolsillo el billete que Hagrid le había dado-. Tengo que coger el tren que sale del andén nueve y tres cuartos a las once de la mañana - leyó.
Sus tíos lo miraron asombrados.
- ¿Andén qué?
- Nueve y tres cuartos.
- No digas estupideces - dijo tío Vernon-. No hay ningún andén nueve y tres cuartos.
- Eso dice mi billete.
- Equivocados - dijo tío Vernon-. Totalmente locos, todos ellos. Ya lo verás. Tú espera. Muy bien, te llevaremos a King Cross. De todos modos, tenemos que ir a Londres mañana. Si no, no me molestaría.
[...]
- Discúlpeme - dijo Harry a la mujer regordeta.
- Hola, querido - dijo -. Primer año en Hogwarts, ¿no?
- Sí - dijo Harry-. Lo que pasa es que... es que no se cómo...
- ¿Cómo entrar en el andén? - preguntó bondadosamente, y Harry asintió con la cabeza.
- No te preocupes -dijo-. Lo único que tienes que hacer es andar recto hacia la barrera que está entre los dos andenes. No te detengas y no tengas miedo de chocar, eso es muy importante. Lo mejor es ir deprisa, si estás nervioso.
- Hum... De acuerdo - dijo Harry.
Empujó su carrito y se dirigió hacia la barrera. Parecía muy sólida. Comenzó a andar. La gente que andaba a su alrededor iba al andén nueve o al diez. Fue más rápido. Iba a chocar contra la taquilla y tendría problemas. Se inclinó sobre el carrito y comenzó a correr (la barrera se acercaba cada vez más). Ya no podía detenerse (el carrito estaba fuera de control), ya estaba allí... Cerró los ojos, preparado para el choque... Pero no llegó. Siguió rodando. Abrió los ojos. Una locomotora de vapor, de color escarlata, esperaba en el andén lleno de gente. Un rótulo decía: "Expreso de Hogwarts, 11h". Harry miró hacia atrás y vio una arcada de hierro donde debía estar la taquilla, con las palabras "Andén Nueve y Tres Cuartos". Lo había logrado.
Harry Potter y la piedra filosofal
- J.K. Rowling -
- J.K. Rowling -
Hoy, día festivo en Londres, me apetecía jugar a ser Harry Potter. Puede sonar bastante infantil o absurdo. De hecho lo es. Pero es muy divertido. Después de unos días de lluvia casi contínua en los que no apetecía mucho salir a la calle, el agua ha cesado en su empeño de hacernos ver que estamos en Inglaterra. Ha salido el sol. No mucho pero se ha dejado ver. De todas formas hoy hacía aire, mucho aire y frío. Por ese motivo había que hacer algo 'indoors', de puertas para adentro. Hoy tocaba museo. Hoy tocaba visitar la National Portrait Gallery. La galería está en Trafalgar Square y posee la colección de retratos de personajes famosos de la historia más grande del mundo. Mi intención, al igual que la de mis compañeras de trabajo, era visitar la exposición temporal de retratos de Irving Penn. 10 libras. Fue en ese preciso momento cuando nos dimos cuenta de que debíamos jugar a ser Harry Potter y utilizar nuestros propios poderes.
- Trabajamos en el museo Victoria and Albert. Estas son nuestras acreditaciones. ¿Podría decirme si sería posible visitar la exposición de Irving Penn gratis, por favor?
Y entonces la magia surgió.
- Por supuesto. Fírmeme aquí, por favor.
Y así fue. Como si de Harry Potter atravesando el andén nueve y tres cuartos para llegar a su destino se tratase, nos sumergimos en el maravilloso mundo del arte utilizando un poco de magia. Harry podrá tener su varita pero nosotros tenemos nuestra tarjeta mágica. La que nos abre las puertas de par en par de otros mundos. En este caso, los mundos del arte. Muy buena la exposición, por otra parte. Seguiré haciendo uso de mis poderes el tiempo que haga falta. Es divertido.
Me encantó esto. Una de las veces que fui obligué a mi hermana a ir para hacerme la foto en plan Harry Potter xD
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