"La consecuencia de no pertenecer a ningún partido
será que los molestaré a todos"
- Lord Byron (1788-1824) -
- Poeta británico -
será que los molestaré a todos"
- Lord Byron (1788-1824) -
- Poeta británico -

Hoy, jornada electoral, los ingleses celebran su fiesta de la democracia. Ser anglosajón supone, entre otras cosas, vivir intensamente días como éste, días de votaciones. Por eso, estando en Londres, hoy era el día perfecto para saciar mis ansias de curiosidad y vivir en primera persona unas elecciones en este país, en esta ciudad.
Azul, rojo, naranja, gris... independientemente del color de los partidos, los ingleses salen a la calle y se dirigen a las 'polling stations' (colegios electorales) para depositar su papeleta. Y yo no iba a ser menos. Salí del trabajo y me lancé a la calle para encontrar una polling station. La encontré. De hecho, encontré la misma estación electoral que había visto previamente en una foto que la BBC había colgado en su web. Quería entrar pero, al no ser inglés y al no estar registrado en ningún documento oficial como inglés, tenía que dar datos sobre mí que no iban a servir para nada. No podría entrar a ver cómo era y cómo funciona un colegio electoral si no me inventaba alguna treta original. Hacerme pasar por un estudiante de Ciencias Políticas en España pareció ser la opción más (aparentemente) creíble para poder acceder al interior de ese lugar donde se estaba dicidiendo el futuro del poder en el Parlamento inglés.
Entré y detenidamente expliqué mi supuesta y ficticia situación a un gran lazo azul con una señora adosada a su parte posterior. La amable dama, muy conservadora por otra parte, me explicó con mucho amor cómo funcionaba ese lugar (una iglesia convertida en colegio electoral donde sólo había representación del partido conservador -qué casualidad-) y cómo estaban yendo las cosas.
Había conseguido mi objetivo de conocer, de una forma más cercana, algunos detalles sobre las elecciones británicas. No obstante, ir a un colegio electoral no era lo único que me apetecía hacer hoy. Por ello, me fui hasta Downing Street para ver qué estaba pasando en el número 10. Esperaba ver alguna cámara grabando exteriores, algún reportero haciendo una crónica en directo o, tal vez, recogiendo totales (declaraciones) de la gente que estuviese por allí pero... nada. Sólo había algunas cámaras en el interior de las vallas de seguridad y turistas, como siempre. Turistas que, además, no sabían ni dónde estaban, ni qué estaban viendo. Quiero pensar que, al menos, sabían que hoy era el día de las elecciones aunque me temo que no todos los que por allí se encontraban lo sabían. Un jovenzuelo soltó por su 'bocaza' una frase cuanto menos asombrosa, alarmante e increíble.
- ¡Tú! ¡Están grabando una peli ahí dentro!
Sí. Eso es. Una peli. ¿Sabes dónde estás, amigo? Porque creo que hoy, precisamente hoy, no es el mejor día para grabar una 'peli' en Downing Street. En fín, tiene que haber de todo.
A parte de este personaje que vivía, al igual que sus acompañantes, en el desconocimiento más absoluto de lo que estaba ocurriendo, no vi nada que me interesase enormemente. No había periodistas, tampoco cámaras, ni reporteros. Nada. Me fui entonces a tomar un chocolate caliente porque hoy, de nuevo, hacía de todo menos calor.
Al pasar por Chinatown para llegar a la cafetería vi el periódico de la imagen superior y pensé: es normal que muchas personas odien la política porque no la entienden o, tal vez, no les interesa entenderla. Ocurría lo mismo con ese periódico. Estaba en otro idioma y nadie se interesaba por él. Muchos de los que pasábamos por allí no entendíamos nada de lo que ponía. Estaba allí sólo, en la ventana de un restaurante chino, viendo pasar a la gente y me interesé por él. Lo cogí y efectivamente la política ocupaba su foto de portada.
En el fondo la política parece una película, como decía aquel joven, pero tan sólo lo parece. La política es algo más que eso aunque muchas veces su temática nos parezca poco interesante o difícil de entender. Lo que está claro es que hoy, día de elecciones, esta película tiene unos actores principales que juegan con el futuro de los ingleses. Y son los ingleses los que hoy han ido hasta las polling stations para dar el voto a aquel que, para cada uno de ellos, debería ser el único protagonista del largometraje de la política. Veremos que sucede porque aunque la política no interese a muchos, nos concierne a todos.
Azul, rojo, naranja, gris... independientemente del color de los partidos, los ingleses salen a la calle y se dirigen a las 'polling stations' (colegios electorales) para depositar su papeleta. Y yo no iba a ser menos. Salí del trabajo y me lancé a la calle para encontrar una polling station. La encontré. De hecho, encontré la misma estación electoral que había visto previamente en una foto que la BBC había colgado en su web. Quería entrar pero, al no ser inglés y al no estar registrado en ningún documento oficial como inglés, tenía que dar datos sobre mí que no iban a servir para nada. No podría entrar a ver cómo era y cómo funciona un colegio electoral si no me inventaba alguna treta original. Hacerme pasar por un estudiante de Ciencias Políticas en España pareció ser la opción más (aparentemente) creíble para poder acceder al interior de ese lugar donde se estaba dicidiendo el futuro del poder en el Parlamento inglés.
Entré y detenidamente expliqué mi supuesta y ficticia situación a un gran lazo azul con una señora adosada a su parte posterior. La amable dama, muy conservadora por otra parte, me explicó con mucho amor cómo funcionaba ese lugar (una iglesia convertida en colegio electoral donde sólo había representación del partido conservador -qué casualidad-) y cómo estaban yendo las cosas.
Había conseguido mi objetivo de conocer, de una forma más cercana, algunos detalles sobre las elecciones británicas. No obstante, ir a un colegio electoral no era lo único que me apetecía hacer hoy. Por ello, me fui hasta Downing Street para ver qué estaba pasando en el número 10. Esperaba ver alguna cámara grabando exteriores, algún reportero haciendo una crónica en directo o, tal vez, recogiendo totales (declaraciones) de la gente que estuviese por allí pero... nada. Sólo había algunas cámaras en el interior de las vallas de seguridad y turistas, como siempre. Turistas que, además, no sabían ni dónde estaban, ni qué estaban viendo. Quiero pensar que, al menos, sabían que hoy era el día de las elecciones aunque me temo que no todos los que por allí se encontraban lo sabían. Un jovenzuelo soltó por su 'bocaza' una frase cuanto menos asombrosa, alarmante e increíble.
- ¡Tú! ¡Están grabando una peli ahí dentro!
Sí. Eso es. Una peli. ¿Sabes dónde estás, amigo? Porque creo que hoy, precisamente hoy, no es el mejor día para grabar una 'peli' en Downing Street. En fín, tiene que haber de todo.
A parte de este personaje que vivía, al igual que sus acompañantes, en el desconocimiento más absoluto de lo que estaba ocurriendo, no vi nada que me interesase enormemente. No había periodistas, tampoco cámaras, ni reporteros. Nada. Me fui entonces a tomar un chocolate caliente porque hoy, de nuevo, hacía de todo menos calor.
Al pasar por Chinatown para llegar a la cafetería vi el periódico de la imagen superior y pensé: es normal que muchas personas odien la política porque no la entienden o, tal vez, no les interesa entenderla. Ocurría lo mismo con ese periódico. Estaba en otro idioma y nadie se interesaba por él. Muchos de los que pasábamos por allí no entendíamos nada de lo que ponía. Estaba allí sólo, en la ventana de un restaurante chino, viendo pasar a la gente y me interesé por él. Lo cogí y efectivamente la política ocupaba su foto de portada.
En el fondo la política parece una película, como decía aquel joven, pero tan sólo lo parece. La política es algo más que eso aunque muchas veces su temática nos parezca poco interesante o difícil de entender. Lo que está claro es que hoy, día de elecciones, esta película tiene unos actores principales que juegan con el futuro de los ingleses. Y son los ingleses los que hoy han ido hasta las polling stations para dar el voto a aquel que, para cada uno de ellos, debería ser el único protagonista del largometraje de la política. Veremos que sucede porque aunque la política no interese a muchos, nos concierne a todos.
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